-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Vigo y su comarca estuvieron pobladas desde tiempos remotos, como lo atestigua la gran cantidad de dólmenes y mámoas que se han encontrado en diversos puntos del término municipal.
En cuanto al período Neolítico destacan las construcciones funerarias, llamadas túmulos, fechadas entre los años 3000 y 1800 a. C.
En la transición del III al II milenio a. C., hay un numeroso conjunto de grabados rupestres con representaciones de motivos geométricos, de armas y de fauna.
La cultura castreña, que abarca la Edad de Hierro y que se desarrolló en Galicia desde el siglo VIII a. C. hasta finales del I d. C., dejó en Vigo numerosos vestigios como así demuestran los restos de 26 poblados castreños.
En Vigo, durante la época romana, consta la existencia de una intensa actividad comercial y portuaria en el litoral vigués desde el siglo II a. C.
Existe constancia documental desde el año 1024 de iglesias románicas en el actual término municipal que prueban la existencia de asentamientos de población en la zona durante los siglos XI, XII y XIII.
A partir del siglo XII Vigo comienza a recuperar población. Durante esta época la parroquia de Santiago de Vigo era la más importante de la villa junto con el barrio de Santa María. Pese a ello, el desenvolvimiento económico de Vigo se vio limitado debido a que la corona otorgó a Bayona la facultad de comerciar por mar con otras ciudades, en detrimento de la primera.
A pesar de los incesantes ataques de piratas producidos durante estos siglos, Vigo continúa creciendo. Gana importancia dentro de esta etapa la actividad artesanal y del comercio, aunque la actividad más importante está constituida por la pesca de la sardina.
En 1585 el corsario inglés Francis Drake intenta tomar la villa, pero fracasa gracias a la oposición de los vecinos. Sin embargo, cuatro años más tarde ataca de nuevo y con éxito a Vigo, arrasando y quemando todo lo que encuentra a su paso.
Posteriormente, en 1617 los piratas turcos intentan asaltar la ciudad pero este ataque de nuevo fue repelido por los vecinos. Los frecuentes ataques marítimos obligan a la construcción en 1656 de las murallas de la ciudad y del castillo de San Sebastián.
En 1702 se produce el episodio histórico más destacado en la historia de Vigo, la conocida como batalla de Rande. La flota anglo-holandesa persigue dentro de la ría a la flota de la Plata española y a los barcos de guerra franceses que la escoltaban. Esta flota cargada de riquezas procedentes de América es destruida después de una encarnizada batalla desarrollada tanto en mar como en tierra. Los ingleses se llevaron varios barcos cargados con tesoros de las Indias, mientras que el resto fueron hundidos por las llamas y todavía se encuentran en el fondo de la ensenada de San Simón, en el interior de la ría. En conmemoración de esta batalla, en Londres se encuentra situada Vigo Street.
Años después, en 1719, se produce la toma de Vigo. Este ataque se produjo en el curso de la guerra de la cuádruple Alianza y se diseñó como represalia por el apoyo español al levantamiento jacobita en Escocia, que terminó con la derrota de las tropas de Felipe V en la batalla de Glenshiel. Tras la captura de la villa, las tropas de Lord Cobham se entregaron al saqueo. Decomisaron una gran cantidad de armas y municiones, que sospecharon que se almacenaban para una futura invasión de Inglaterra.
En el año 1778 Carlos III rompe con el monopolio de los puertos autorizados para comerciar con América, de forma que Vigo comienza a beneficiarse del tráfico de alto bordo.
Finalmente, la llegada a la ciudad de comerciantes e industriales catalanes en la segunda mitad de este siglo supone una pequeña revolución económica para la villa, ya que proliferaron las fábricas de jabón, salazón y productos de cuero o lino.Siglo XIX
A comienzos del siglo, en 1809, como sucedió en el resto de España, Vigo fue ocupado por el ejército francés. La invasión provocó un levantamiento popular liderado por Bernardo González del Valle "Cachamuíña", Juan Almeida y Pablo Morillo, esta resistencia finalizó con la expulsión de los militares galos el 28 de marzo de ese mismo año. Por este hecho Fernando VII otorgó a la villa el título de Ciudad Leal y Valerosa, en reconocimiento a la actuación de los vecinos durante este episodio de la Guerra de la Independencia Española.
El escritor Julio Verne visitó la ciudad en dos ocasiones (1878 y 1884).
Primera estación de Vigo en el siglo XIX.
Finalizando este siglo, en 1898, el puerto de Vigo recibió a los soldados malheridos procedentes de la guerra de Cuba, acogiéndolos y prestándoles la ayuda necesaria. Este hecho otorgó a Vigo el título de Siempre Benéfica, por lo que desde entonces el escudo de la ciudad guarda el lema de Ciudad Fiel, Leal, Valerosa y Siempre Benéfica.
Durante el primer tercio del siglo XX el puerto vigués quedó indisolublemente relacionado con la imagen de miles de gallegos que se embarcaron rumbo a América. La emigración fue motivada en gran parte por la crisis económica sufrida por muchas familias, y el puerto de Vigo fue uno de los principales puntos de partida de este flujo migratorio.
La guerra civil apenas se notará en Vigo, en donde apenas hubo oposición al golpe de estado franquista y únicamente tuvo lugar la batalla de Vigo, que abarcó del 18 al 28 de julio de 1936. No sucedió así en Lavadores, en donde existió más resistencia.
En los años posteriores el puerto sirvió como base de avituallamiento de combustible y alimentos para buques del Tercer Reich. Otra de las actividades nazis en Vigo fue la exportación de wolframio desde el cargadero de Rande hacía Alemania y otros países del Eje.
En las dos primeras décadas de este siglo, Vigo ha recibido diversos premios, entre los que se pueden citar el Premio del Consejo Superior de Deportes otorgado en reconocimiento a las iniciativas creadas para el fomento de la actividad deportiva, la Escoba de Platino otorgada por ATEGRUS (Asociación Técnica para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medio Ambiente) en reconocimiento a la gestión de residuos y limpieza urbana, el premio de buenas prácticas en políticas sociales destinadas a la infancia otorgado por Unicef, el Premio Ciudad de la Ciencia otorgado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, o el Premio Nacional de Comercio Interior y el de la Asociación de Ingenieros Industriales de Galicia, ambos otorgados en la categoría de mejor proyecto de iluminación navideño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario